No se sabe mucho sobre Trànsit. El informe de Feministes de Catalunya reveló que el número de pacientes pasó de 86 en 2013 a 1454 en 2021, y que su demografía ha cambiado radicalmente. Aunque al principio la mayoría de usuarios eran hombres mayores de 30, la proporción de mujeres creció año tras año, especialmente entre las jóvenes. El número de chicas de 10 a 14 años aumentó un 5700% entre 2015 y 2021, y el de chicos un 1400%.
El informe no incluye datos sobre tratamientos hormonales, debido a la opaca gestión del Departament de Salut. Las representantes de Feministes intentaron conseguirlos una y otra vez, reuniéndose con representantes del Departament y de la Comisión de Garantía del Derecho de Acceso a la Información Pública. Es posible que la información no exista; que Trànsit – como el GIDS en el Reino Unido -, no registre adecuadamente los datos de sus pacientes. Por suerte, hay una forma indirecta de saber si la creación de Trànsit se ha traducido en un aumento en el consumo de hormonas, ya que las farmacias sí recogen cuántos envases de medicamentos venden con receta. Esta información sí está disponible en el Portal de datos abiertos de la Generalitat.
Aunque los datos de las farmacias no dicen qué servicio médico hizo la receta o por qué motivo, sí contienen información sobre los pacientes. Acotando por edad y sexo, de 12 a 17 años para los bloqueadores de la pubertad, y de 14 a 29 para las hormonas sexuales, vemos que el consumo de tratamientos hormonales ha evolucionado de forma muy parecida a cómo lo ha hecho el número de pacientes de Trànsit. El consumo de bloqueadores en adolescentes de ambos sexos, de testosterona en mujeres jóvenes y de hormonas feminizantes en hombres jóvenes ha aumentado de forma desproporcionada, pasando de menos de 2,000 en 2012 a más de 30,000 en 2023. Todos estos tratamientos se realizan fuera de ficha médica, y, como reveló la revisión Cass (y todas las anteriores), la evidencia sobre su seguridad y efectividad es muy limitada, especialmente para los bloqueadores de la pubertad.
Es cierto que el consumo de fármacos en España ha aumentado en los últimos años. Las ventas de analgésicos crecieron un 50% entre 2011 y 2021, y las de antidepresivos un 45%. Aún más, un estudio de semFYC reveló que la población que consume 5 o más fármacos se triplicó en solo 10 años, pero el consumo de ningún otro medicamento en España ha aumentado de forma tan dramática como los tratamientos hormonales.
El consumo de bloqueadores de la pubertad aumentó un 641% en chicas y un 560% en chicos entre 2012 y 2023, lo que se corresponde con el mayor número de chicas adolescentes publicados en el informe Trànsit. El consumo de progesterona en hombres creció un 3681%, y el de combinaciones de estrógeno y progesterona un 5403%, seguidos de los estrógenos (908%). Muchos hombres toman inhibidores de la testosterona para contrarrestar los efectos masculinizantes de esta hormona, al menos hasta que se operan. Las ventas de estos inhibidores subieron un 362%, pero también las de testosterona. Mientras que las hormonas feminizantes y los inhibidores forman parte de la terapia afirmativa de género, los hombres toman testosterona con receta cuando tienen niveles bajos en sangre.
El consumo de testosterona aumentó un 4359% en mujeres, pero el número real podría ser mayor, ya que la testosterona puede comprarse sin receta. También aumentó el consumo de estrógenos (213%), progestágenos (97%) y combinaciones de ambos (374%). Puede que esto esté relacionado con cambios en la conducta sexual, ya que esta categoría incluye anticonceptivos hormonales de progestágenos y combinaciones, pero también pueden usarse para tratar la disforia. Tomar progestágenos de forma continuada es una manera de detener el sangrado menstrual sin recurrir a los bloqueadores de la pubertad o la testosterona, como explica Rosa Almirall en su blog:
"Al inicio de la pubertad. La menstruación suele aparecer al año de los primeros cambios puberales (desarrollo del botón mamario). Ya se ha comentado en otro post que puede evitarse este desarrollo y con ello la menstruación, mediante bloqueadores puberales. Sin embargo su uso condiciona la pérdida de la capacidad reproductiva en el futuro, si posteriormente de utilizan preparados de testosterona. Habrá algunas criaturas trans* que no sientan excesivo malestar con el desarrollo mamario, deseen mantener la capacidad reproductiva, pero no deseen menstruación. En estas situaciones puede utilizarse progesterona de manera continua para evitar la aparición de la menstruación
Después de la pubertad. Algunas personas trans* no desean utilizar la testosterona, porque no necesitan hacer modificaciones corporales. Algunas de ellas viven la menstruación sin ningún malestar, pero otras pueden sentirlo. Para estas últimas, el uso de la progesterona de manera continua puede se[sic] útil."
El modelo despatologizante
Cataluña cambió de modelo de atención en 2017, cuando adoptó el modelo despatologizante propuesto por Trànsit. El nuevo modelo eliminó la necesidad de un diagnóstico de disforia o incongruencia de género para iniciar los tratamientos, que deben ser accesibles a cualquier persona que los pida. Además, el modelo dice que no es necesario realizar ninguna exploración física o psicológica previa, aunque estas evaluaciones sirven para detectar problemas que pueden verse agravados por las hormonas. La implantación del modelo ha ido acompañada de la apertura de nuevas unidades Trànsit por todo el territorio.
El consumo de algunos medicamentos se disparó en 2017, coincidiendo con la aprobación del nuevo modelo. Es el caso de los análogos de GnRH en mujeres, y de los inhibidores de testosterona en hombres. Aunque las recetas de testosterona para mujeres ya habían aumentado en los años anteriores, en 2017 la subida fue más pronunciada.
Por otra parte, el consumo de estrógenos bajó abruptamente ese mismo año, cuando Novartis retiró Meriestra del mercado, causando problemas de abastecimiento. Trànsit usó su página de Facebook para avisar de la retirada del fármaco, recomendando marcas alternativas que combinaban estrógenos y progesterona y prometiendo nuevas recetas por e-mail. La recomendación de Trànsit coincide con lo que muestra el gráfico: al mismo tiempo que baja el consumo de estrógenos, sube el consumo de estrógenos combinados con progesterona.
¿Hasta qué punto se puede explicar este aumento en el consumo de hormonas por la aparición de Trànsit y su modelo de atención? La respuesta no es sencilla, así que prefiero dedicar un artículo entero a responderla. Raramente se puede atribuir un cambio de este tipo a una sola causa, pero en este caso hay indicios.
Para empezar, el consumo de hormonas y los pacientes visitados en Trànsit han evolucionado de forma similar. La segunda pista viene de los dos informes publicados para presionar al Govern a adoptar el modelo Trànsit, el del Ayuntamiento de Barcelona y el de Transforma la Salut. Los dos dicen que a ningún paciente que lo pidiera se le negó una receta de hormonas, y el 87% de estos la recibieron en la primera visita. La tercera pista viene del informe de Missé y Parra de 2022, donde dicen que, según los profesionales a los que entrevistaron, "Trànsit es percibido como un servicio al que acuden las personas que quieren acceder a un tratamiento hormonal."
Lo más preocupante es que estos datos han sido de dominio público durante años, y ni la administración ni los medios lo han investigado. A pesar de las advertencias sobre la falta de evidencia científica que nos llegan de otros países, de las revisiones sistemáticas, y del informe Trànsit que se envió a todos los partidos políticos y se presentó varias veces en público, los responsables siguen sin reconocer que hay que investigar la terapia afirmativa de género.