En algún otro artículo había mencionado que Trànsit tenía una página de Facebook muy activa. Ahí cabía todo: ofertas de trabajo “para personas trans”, memes, información sobre tratamientos hormonales, convocatorias de manifestaciones y ataques personales. Parece que la administración por fin se decidió a hacer algo al respecto. La página ha pasado a llamarse “InfoTrans: informació i recursos per a persones trans i NB”, y ahora se define como un grupo de música.
El cambio fue anunciado con un post, en el que aclaran que no representan “a ninguna institución ni pública ni privada”. Lo hacen siguiendo las políticas del ICS (Institut Català de la Salut) “de mantener solo los canales oficiales institucionales”, por lo que la página “se convierte en un espacio no institucional, con la ganancia de libertad de expresión que eso nos aporta”. No sé si será porque el ICS cambió sus políticas de comunicación, o porque Trànsit había ganado demasiada notoriedad, pero me alegro de que se hayan visto obligados a aclarar que no es una página oficial.
La situación siempre fue ambigua. Algunas publicaciones las firmaba “el equipo de Trànsit” o el médico de familia Jordi Reviriego, que trabaja para el servicio y seguramente era el administrador, pero la mayoría no las firmaba nadie. La página nunca tuvo el tick azul de los perfiles verificados en Facebook, ni la vi mencionada en la web de Trànsit o de Salut. La única respuesta que me dieron cuando hice una petición de transparencia, preguntando quién lo gestionaba y si seguía las políticas de comunicación del ICS, fue que “este perfil fue creado por parte de profesionales del servicio Trànsit y, por tanto, no se trata de ningún perfil oficial creado por el ICS.”
La página de Facebook fue creada en 2016, cuando el servicio estaba presionando a la administración para dejar de operar en un vacío legal. Entre otras cosas, la página ha servido para atacar a quienes ponían en duda su trabajo, como la doctora Lisa Littman, que propuso el modelo de la Disforia de Género de Inicio Rápido, la organización Feministes de Catalunya, a quienes calificaron de “TERF”, y a mí mismo.
Pero lo más preocupante era que la usaran para comunicar información médica a los pacientes. En 2016, un post decía que el fármaco Meriestra, parte de la terapia hormonal feminizante, había dejado de fabricarse, y recomendaba alternativas que Trànsit podría recetar por correo electrónico. “Las personas que tienen una receta hecha en TRÀNSIT, que nos envíen un mail con la opción que elijan de sustitución y les enviaremos la receta nueva”, decía (https://archive.ph/jCx2I#).
En los comentarios, la madre de una paciente fue regañada porque preguntó cuándo le enviarían la receta. Había estado buscando la medicación en muchas farmacias, preocupada porque había leído que detener el tratamiento de golpe podría causarle una embolia. Trànsit respondió que no existía ningún riesgo de complicaciones por dejar la medicación.
Hay mucha desinformación sobre estos tratamientos hormonales. Los activistas, los medios y a veces los propios sanitarios les dicen a madres y padres que tienen que obedecer a sus hijos en todo para evitar que se suiciden, y que los tratamientos hormonales son completamente seguros, exceptuando una larga lista de efectos secundarios. Seguramente, la mayoría de los que aceptan medicar a sus hijos viven en la incertidumbre, esperando que las cosas se aclaren con el tiempo. Trànsit aprovechó este caos para desinformar en las redes sociales, mezclando bromas, insultos y activismo con información médica.
No creo que esto sea el principio del fin de la impunidad que hemos visto hasta ahora. Al contrario, a la vista de lo que está pasando con la comisión de seguimiento, diría que el Departament está ofreciendo más apoyo institucional a Trànsit a cambio de que corrijan ciertas prácticas. La página ha cambiado de nombre, pero todas sus publicaciones siguen ahí y todos sus seguidores que saben que se trata de Trànsit. Es un lavado de cara mal hecho.