¿Qué está pasando en Trànsit?

Ha pasado un mes desde que Feministes de Catalunya presentara su informe a las puertas del Parlament, en una rueda de prensa modesta, con pocos medios y escasa repercusión. Pero la gravedad de sus conclusiones acabaron por despertar interés. El 1 de diciembre volvieron a presentarlo, esta vez con varias intervenciones de militantes de la organización. A muchos nos tocó esperar porque zoom había alcanzado el aforo máximo de 100 personas, medios incluídos. Cuando por fin pude entrar, me encontré con un animado debate en el chat entre posturas muy alejadas. Y es que Trànsit había llamado a participar del evento a través de su perfil de Facebook. No sé qué tan habitual será que un servicio de salud pública tenga un perfil en redes sociales, ni que lo usen para burlarse de la Disforia de Género de Inicio Rápido o convocar a manifestaciones a favor de la Ley Trans.

El escenario era ideal para aclarar muchas incógnitas sobre Trànsit. La misma Rosa Almirall, directora y fundadora, estaba en la presentación, pero en ningún momento tomó la palabra. Podríamos haber escuchado qué piensa hacer sobre el aumento exponencial de chicas adolescentes atendidas en el servicio, o aclarar por qué Feministes tuvo tanta dificultad para obtener datos oficiales.

Pronto quedó claro que Almirall no venía a dar explicaciones. Y es que cuanto más sabemos de Trànsit, más preocupante es la situación. En el chat de zoom, la ginecóloga dijo no reconocer los datos del informe, negando que hubieran salido de su servicio. “Supongo que han cogido las memorias que hacemos rigurosamente cada año”, aventuró. Sin embargo, ni Feministes ni yo hemos sido capaces de obtener esas memorias a través del Portal de Transparència.

La directora tampoco parecía preocupada por el aumento de chicas adolescentes en su servicio, confirmado por los nuevos datos que ha conseguido la organización feminista después de mucho insistir. Estos confirman las tendencias anteriores. Trànsit atendió a un 40% más de pacientes en 2021 que en 2020, y el grupo que más ha aumentado ha sido el de mujeres entre 10 y 14 años. “Quizás es normal que haya más chicos trans que chicas trans porque la feminidad en personas asignadas hombre es mucho más castigada socialmente!!”, escribió en el chat. “Recuerdo que estamos hablando como mucho de un 1 por mil de chicas adolescentes”, añadió. Según la directora, no han podido analizar los datos recogidos, como sí ha hecho Feministes, porque su prioridad es atender a los pacientes. Pero si Trànsit no está valorando los resultados de su trabajo no tiene manera de saber si el nuevo modelo está funcionando, si da mejores resultados que el anterior o si está perjudicando a sus pacientes.

Número de casos de menores de 24 años atendidos por sexo y edad, 2012-2021, del informe de Feministes de Catalunya.

Hacia el final de la presentación, Almirall se despidió escribiendo “Feministas transinclusivas unidas!!!” y “Lo volveremos a hacer!!!”. De sus breves intervenciones se desprende que no le preocupa saber por qué hay tantas adolescentes en Trànsit, ni responder a las muchas preguntas que plantea el informe. Su única propuesta fue colaborar con Feministes para diseñar un estudio, si a ellas les interesara el tema.

Trànsit tiene la obligación de investigar si sus intervenciones ayudan a los pacientes y si están usando los criterios correctos para recetar tratamientos, algo que en ningún caso depende de que una organización política muestre interés. Y una encuesta sobre el grado de satisfacción de los pacientes, como está haciendo Trànsit, no constituye una prueba sólida de que el tratamiento esté funcionando. Si fuera así, los ensayos clínicos para cualquier medicamento serían infinitamente más simples. No harían falta profesionales que evalúen la salud de los pacientes, analíticas, ni pruebas psicológicas.  

No es normal que un servicio de salud pública use las redes sociales para convocar a manifestaciones, que elaboren memorias anuales que después niegan tener, que no investiguen por qué un sector de sus pacientes ha aumentado mucho más que el resto, ni que quieran evaluar la eficacia de su modelo pionero con encuestas de satisfacción en vez de criterios médicos. No es normal que la directora de Trànsit responda a acusaciones muy graves, basadas en datos oficiales, diciendo que “lo volveremos a hacer”. Rosa Almirall tiene el deber de velar por el bienestar de sus pacientes, y de responder ante la ciudadanía cuando existen sospechas fundadas de que no lo está haciendo.

1 comentario en “¿Qué está pasando en Trànsit?”

  1. Muchísimas gracias Martín, por hacerte eco de la gran preocupación que tenemos muchas mujeres con hijas adolescentes.
    Gracias también a Feministes de Catalunya por el trabajo, la constancia, la coherencia y la valentía de plantarse delante de semejantes muros que impiden la transparencia y que además ocultos, beben de los impuestos de todos nosotros para alimentar a bestias inhumanas como la industria farmacéutica.

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